viernes, 6 de diciembre de 2013

La reforma energética de la frontera



La reforma energética es el tema del día y su debate causa de encono de múltiples protagonistas
en el escenario nacional. Una de las principales polémicas gira alrededor de la cuestión si la
reforma constituye una "privatización" o no de petroleros mexicanos (PEMEX).

En la frontera noreste de México se tiene una reforma a modo, sin el consenso de la sociedad
civil, sin aval del congreso y con prácticas privatizadoras que existe desde principios de la década
pasada, los pioneros no son las grandes multinacionales.

Grupos políticos y después sus socios en organizaciones criminales han tomado al pie de la letra
el discurso demagógico de la propiedad de los mexicanos sobre los recursos naturales y han
llevado a nivel empresa paralela el manejo de la riqueza de los hidrocarburos, su extracción
(ordeña de ductos) y posterior comercialización, hacen funcionar franquicias muy redituables al
competir de manera directa con los expendios de gasolina de la paraestatal.

El paisaje de la frontera tamaulipeca es pintoresco entre criminales haciéndose cómo invisibles y
autoridades haciendo que no los ven y de nada se dan cuenta, para usuarios de redes sociales esto
no pasa desapercibido, se denuncia con imágenes muchas de las veces con humor ante la ironía
de las ofertas y personajes retratados que incluye a un candidato del PRI.



La cuenca de Burgos, el cuerno de la abundancia, paraíso de oportunidades para los
emprendedores, con asesoría externa de personal de Pemex y una flota de pipas se empiezan a
vender franquicias. Camionetas "van" dotadas de contenedor y manguera con pistola
despachadora son los expendios móviles, cualquier inversionista que pueda pagar una cuota de
entrada tiene acceso a una franquicia, suministro a precio de mayoreo y la red de protección que
incluye un radio para comunicación directa con la organización.

El cartel del golfo, también conocido cómo "la compañía", no dejo el lucrativo negocio que
manejaran los Zetas su antiguo brazo armado, quienes llevaron el negocio más allá de la frontera
al convertirse en exportadores.

Atienden el mercado local desde Matamoros hasta la frontera chica pasando por Reynosa, toman
su parte de hidrocarburos cómo ciudadanos mexicanos dueños de la riqueza petrolera. La reforma
se hizo a la usanza tradicional de los grupos criminales en la frontera, el cuerno de chivo y
Benjamín Franklin siguen siendo buenos cabilderos.

Los denominados "guachacoleros" en la jerga local (guachacol es un condensado de campo que
se extrae de los pozos petroleros) establecen sus puntos de venta a la vista de todo mundo. En
colonias populares tienen más éxito al ofrecer un producto relativamente más barato que el que
expenden las franquicias oficiales de Pemex (entre 5 y 6 pesos el litro dependiendo del vendedor
y cantidad adquirida). "Es una industria paralela en la que todos ganan" refiere un empleado de la
paraestatal que recorre brechas hacia los pozos petroleros y que al igual que todo el personal tiene
que ignorar lo que se ve en esos terrenos, donde la ilegalidad impera lejos del escrutinio de
medios y autoridades.



En un principio algunos empleados de Pemex auxiliaba a "la compañía" después empezaron los
secuestros de personal para ponerlos a trabajar en la boyante empresa. Una vez iniciada la guerra
de cárteles, después de la ruptura definitiva entre el CDG y los Zetas en febrero de 2010 las
presiones para financiar el conflicto armado lo más rápido posible resultaron en el trabajo forzado
de personal especializado.

La reforma energética pone al noreste de México en los ojos del mundo. Es una zona estratégica
para las inversiones con un potencial enorme de petróleo, gas natural y gas shale (o "no
convencional"). Las corporaciones interesadas deben encontrar un ambiente amigable, tal vez a
eso se deban las recientes capturas de el Z40 y el X20; los dueños hasta hoy del entramado de
brechas en el área de San Fernando, Reynosa, Matamoros y la frontera chica hasta Nuevo Laredo.

Dos grupos criminales ejercen el control territorial de la zona a pesar de las apariencias
proyectadas por el gobierno federal hacia el exterior de vivir en un estado de derecho. ¿La llegada
de compañías transnacionales a la zona resultará en una limpia de verdad? -que no se ha hecho
con Pemex- ¿o también pagarán su cuota de mercado?




imágenes tomadas de twitter

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