lunes, 11 de octubre de 2010

Una carta 'con mucho miedo'

EL NORTE

Sr. narcotraficante:

Al escribir esto me estoy arriesgando a que me mates.

En verdad tengo mucho miedo, pero no puedo seguir viviendo así, pues me robaste la libertad, la tranquilidad, el sentimiento de querer progresar, de comprarme un carro, pues lo que para mí sería a base de mucho esfuerzo, para ti sería facilísimo quitármelo a punta de pistola.

En verdad ya no sé qué va a pasar conmigo y mi familia, pues cada día que salgo a ganarme mi sustento, y mis hijos a la escuela, no sabemos si alguno ya no regresará. Ya lo vimos con tanta gente que a diario así le sucede, como estudiantes, trabajadores, mujeres, incluso ancianos y niños.

Anteriormente, cuando tú no te metías con nosotros, cuando respetabas nuestras vidas, cuando tenías un código de honor, nosotros también te respetábamos, incluso te cantábamos corridos y, en lo profundo, te admirábamos.

Pero ahora, cómo ha cambiado tu imagen.

Aquel "pela'o bragado" que admirábamos ahora no es más que un pelafustán que infunde terror y se gana el desprecio de todos los nuevoleoneses unánimemente.

Cuántas viudas desoladas has dejado, cuántos niños huérfanos se preguntan por qué su papá tuvo que morir y algunos con saña desmembrados o a hachazos en la cabeza.

Cuántos padres lloran a sus hijos que, por estar atravesados entre tú y tu víctima en turno, no te detuviste y disparaste sin importar personas inocentes.

A cuántas familias nos tienes encerrados por miedo a salir a la plaza para pasear a nuestros hijos por temor a que nos avientes una granada para matarnos.

La economía de Nuevo León va en picada, pues con tantos asesinatos, secuestros, extorsiones y robos de su dinero a la gente productiva que da empleos y reactiva la economía, como loteros de autos, restauranteros, comerciantes, empresarios e industriales, etc., NADIE va a invertir en un negocio.

Habrá una pérdida de empleos en cascada y, por ende, el Estado caerá en una anarquía.

Yo no sé qué es lo que quieres, porque clientes para tus productos siempre va a haber y con eso vives bien.

Pero no te conformas, pues a eso siguió el secuestro, la extorsión, el cobro de piso y muchos asesinatos.

¿Qué acaso tú no quieres que tus padres, hermanos, esposa e hijos vivan en una ciudad segura, tranquila, que puedan salir a pasear, trabajar, estudiar, sin miedo a morir o de que te maten a ti? Te lo dejo a tu conciencia, si acaso todavía algo te queda.

Con mucho miedo,

Un ciudadano

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